El ultramar es un color que ha cautivado la imaginación desde la alta Edad Media. Hoy en día, es imposible imaginar la paleta estándar sin este azul intenso con su excelente resistencia a la luz. Sin embargo, hasta 1828 solo estaba disponible la variante natural. Un asunto costoso, aún más, ya que este pigmento costaba más que el oro puro.
Originalmente, el ultramar se obtenía de la piedra semipreciosa lapislázuli, que significa literalmente 'piedra' (latín) y 'azul' (persa). Un proceso extraordinariamente laborioso y costoso, en el que las piedras se muelen a mano y se eliminan todas las impurezas. La mejor calidad de lapislázuli se extraía tradicionalmente en Afganistán, donde el ultramar ya se utilizaba en, por ejemplo, murales en los siglos VI y VII.